Pido un deseo...

Entre pasiones y coincidencias, pedí un deseo, entre fantasías y morbos, calenturas y esencias, el genio apareció ante mi... Son de esas historias que comienzan como contaba Sherezada al Sultan... con aroma de cuento y esperando que el cuento sea como el de las mil y una noche, que también vaya guardado de cajita en cajita y de sorpresa en sorpresa... Con aromas a vainilla, pero de mil sabores... no imaginados, dejándome llevar como jamas lo hice y sintiendo cosas que jamas sentí, pedí mi deseo... Tome un tren y llegue a su ciudad, después de días hablando y de cada día hablado ir subiendo las ganas de ambos de entrar en la piel el uno del otro, el de hacerme suya y yo de agarrarle del pelo, entre otras cosas, cada día mas deseos, mas detalles, mas caricias prometidas y por fin arribo mi destino, para calmar los primeros nervios mi abrazo demandado, el primer suspiro, la primera caricia de energía y la toma de confianza. Subimos a su coche y su mirada me hizo saber que era como si...